Vaya Pintas

Pues aqui estamos en el garito al que Marina tantas ganas tenia de llevarnos, conciertillos en directo, copas baratas, y buen ambiente en otra de estas típicas posadas inglesas. Lugares acogedores que quedan, permitanme que blasfeme un poco, allá donde cristo perdio la zapatilla. Y es que si en otras grandes ciudades siempre nos han dicho que todo esta a lo sumo a "diez minutos" (eso va por vosotros madrileños y barceloneses ;-) aqui la horita de metro no te la quita "naide", eso, si no quieres trasnochar un poco (lease despues de las doce) y tener que volverte a casa de buho en buho, entonces amigos nadie sabe a que hora volveras, que casi es mejor quedarte ya hasta las 5:15 a.m (y no es tan facil) que es cuando vuelven a abrir las bocas del metro,(a esa hora mas que abrirse bostezan), para todos esos pobres currantes que tienen que entrar al tajo a partir de las seis de la mañana (pobre Carolilla, pobre Juanlu)

Pero lo cortés no quita lo valiente y hay que admitir que a pesar de las incomodidades intrínsecas de la gran ciudad, Londres tiene un encanto especial, tiene una arquitectura entrañablemente acogedora tanto en su centro neurálgico como en la infinidad de barrios que conforman esta ciudad que a veces parece no tener fín, puedes perderte en sus grandes parques, cotillear de mercadillo en mercadillo mezclandote entre la amalgama de razas (por cierto a los españoles nos detectan a la legua sin ni siquiera abrir la boca), y visitar museo tras museo, exposición tras exposición hasta que ya no te sientas los pies ( y de gratis).

Pues eso que unos dias nos puede la morriña y otros nos seduce la metropolis, una de cal y otra de arena como quien dice.